Minar Bitcoin como problema energético: en algunos sitios de EEUU prohiben hacerlo usando energía barata

Minar Bitcoin como problema energético: en algunos sitios de EEUU prohiben hacerlo usando energía barata
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Bitcoin es un ecosistema cripto-económico que divide al mundo. Los países pueden clasificarse (incluso por definición propia) como Bitcoin-friendly o anti-Bitcoin declarados. A menudo las noticias en uno u otro sentido copan titulares, y polarizan a los agentes socioeconómicos e incluso a la sociedad.

En el bando más adverso para Bitcoin y para la criptoeconomía (al menos como concepto descentralizado) tenemos conocidos casos como el de China, Venezuela, o Corea del Sur. Sus regulaciones anti-Bitcoin producen ondas sísmicas por todo el planeta criptosalmón con cada nuevo movimiento. Pero al club se añade ahora un nuevo miembro insospechado, y es que las restricciones a la minería de Bitcoin han llegado a una ciudad del propio Estados Unidos.

A Bitcoin le salen enemigos (y amigos) allá por donde encripta...

La Ilegalidad De Minar Bitcoin Llega A Usa 2

Los que frecuentan estas líneas más a menudo, ya saben de nuestro cripto-entusiasmo, aunque ello no nos ha impedido advertirles sobre la burbuja de Bitcoin y otras criptomonedas desde lo más incipiente de su formación, y con el colofón final de las sospechas de manipulación masiva de la criptoburbuja. Como cripto-entusiastas que somos, hemos escrito largo y tendido sobre variados e interesantes temas de criptoeconomía, y un tema recurrente ha sido la legalidad, ilegalidad o alegalidad de Bitcoin y su minería.

De hecho, por ejemplo, ya les hablamos en su día de cómo "Bitcoin es ya un "Too big to (make it) fail" para algunas economías, y por eso surgirá un mercado negro de Bitcoins en China". O también en concreto acerca de la ilegalidad (de facto) de la minería en "Los venezolanos escapan de la hiperinflación gracias a Bitcoin y... son arrestados por ello".

Conocido debe ser para nuestros lectores también el brusco giro de las autoridades rusas respecto a la criptoeconomía, que de hablar de prohibir taxativamente Bitcoin e incluso encarcelar a los Bitcoiners, pasaron lanzarse en brazos del nuevo paradigma socioeconómico. Conocida es también la reciente cruzada de las autoridades surcoreanas contra el criptosistema en general, y contra Bitcoin en particular.

Incluso nos hemos permitido la (honrosa) licencia de hacer un análisis del porqué de que esa regulación de Bitcoin no acabe de llegar, y acerca de los motivos por los que los mismísimos Bancos Centrales de todo el mundo no están entrando en el pantanoso terreno de regular la criptoeconomía como debieran. Sus motivos (obviamente) tienen; otra cosa es que éstos les justifiquen en la alegalidad que abren ante una criptoeconomía que, sin embargo, sigue avanzando e imbricándose en nuestros tejidos socioeconómicos.

Y en la cuna del capitalismo, Estados Unidos, se empiezan a ver casos que restringen el minado de Bitcoin

La Ilegalidad De Minar Bitcoin Llega A Usa 3

Pero ahora llegan noticias negativas para Bitcoin desde el país más influyente en cuanto a economía capitalista se refiere. Estamos hablando de la propia cuna del capitalismo moderno. Tras el precedente que supuso que EEUU fuese a identificar a usuarios de Bitcoin, suponiendo el principio del fin de la crypto-privacidad, ahora resulta que minar Bitcoin ya sufre significativas restricciones en algunos lugares de Estados Unidos.

Como habrán leido, en el estado de Nueva York, la ciudad de Plattsburgh ha impuesto por unanimidad de las fuerzas políticas locales una moratoria de 18 meses a la minería de Bitcoin, lo que en la práctica ha supuesto la primera prohibición (de facto y temporal) de criptominar en terreno estadounidense. El motivo no ha sido otro sino evitar que los mineros hagan un uso masivo de la electricidad barata de la urbe.

La decisión en el pleno del ayuntamiento viene tras las quejas de los ciudadanos por la reciente subida en la factura de la luz. Ésta ha subido entre 100 y 200 dólares, en lo que supone un drástico incremento para una ciudad con precios eléctricos de entre los más baratos del país. Esto es posible gracias a la cercanía de la presa de St. Lawrence y su energía hidroeléctrica: los complejos mineros allí pagan tan sólo 2 céntimos por KwH.

Estos bajos costes pretenden hacer atractiva la ciudad para la actividad económica, pero también han atraído a instalaciones criptomineras de escala industrial. Debido al peso que supone el consumo energético de los mineros en el conjunto de la capacidad eléctrica de la ciudad, el pasado mes de Enero la ciudad tuvo que salir al mercado libre a comprar energía adicional, lo cual fue lo que provocó que los precios se disparasen.

Como respuesta a la moratoria legal, los mineros se han posicionado obviamente en contra de la misma, y como contraprestación se muestran dispuestos a asumir el sobrecoste en la factura energética los meses en los que haya sobreconsumo.

En Bruselas son conscientes del problema energético, pero no le ven solución legal

La Ilegalidad De Minar Bitcoin Llega A Usa 4

Con los precedentes actuales, no es de extrañar que la preocupación por el impacto energético de la minería de Bitcoin y otras criptomonedas tenga ya un alcance global. De hecho, en Europa son muy conscientes de este hecho, pero se mantienen al margen de legislar en esta particular criptomateria energética.

Desde Bruselas aducen que la criptominería no es hoy por hoy una actividad ilegal en la Unión Europea, y que la Comisión por lo tanto no ha puesto en marcha ninguna medida para su control. Según las declaraciones de la Comisaria de Economía y Sociedad Digital, Mariya Gabriel, mientras que la energía consumida por esta actividad sea producida cumpliendo con los requisitos legales, no hay base jurídica para limitarla, y menos para prohibirla.

El caso es que ya van aflorando los primeros y dramáticos efectos de ese altísimo consumo eléctrico del ecosistema de Bitcoin, consecuencia de su tremenda ineficiencia energética. Pero estos problemas energéticos asociados a Bitcoin no deberían coger de improviso a nuestros lectores habituales. Hace ya unos meses, analizamos en el artículo "Bitcoin es un absoluto desastre energético (y medioambiental)" cómo Bitcoin presenta una galopante ineficiencia energética.

Esta ineficiencia es por el diseño de la de nominada "Prueba de trabajo" (PoW o" Proof-of-work") de Bitcoin, y ya propusimos también varias alternativas para solventar unos consumos que son totalmente evitables sin perder ni un ápice de los avances más idealistas traídos por la criptoeconomía. Además, este consumo energético innecesario implica, dado el mix energético del que hacen uso los principales complejos mineros, que el desastre energético lo sea también medioambiental.

El tiempo pasa, la criptoeconomía se expande y va tomando al asalto nuevas porciones de nuestras socioeconomías, pero sin embargo la comunidad de Bitcoin no asume el ineludible reto de hacer de Bitcoin una alternativa energéticamente eficiente. Y el principal argumento de algunos es que la minería es económicamente rentable, pero no ven que su rentabilidad seguirá ahí mientras que el precio de Bitcoin haga que siga mereciendo la pena, entrando en un círculo virtuoso (o vicioso) al estilo de "la pescadilla que se muerde la cola".

Pero es que no hablamos de rentabilidad en ese sentido más cortoplacista. Hablamos de eficiencia pura y dura. Y, por mucho que minar Bitcoin sea económicamente rentable, tirar energía por la ventana no tiene ningún sentido, porque además es totalmente evitable. Ahora ya vemos que tampoco es sotenible socioeconómicamente, puesto que el impacto de esa ineficiencia ya está llegando incluso a los ciudadanos que, como en Plattsburgh, tienen que pagar de su bolsillo la sobredemanda. Y eso por no entrar más en el tema medioambiental.

Insistimos un día más en que, como todo en el mundo trepidante que nos ha tocado vivir, Bitcoin debe reinventarse o morir. Si la comunidad de bitcoiners no es capaz de ponerse de acuerdo para abrazar la eficiencia energética, que no se queje luego cuando los políticos reaccionen al malestar de los ciudadanos de a pie.

Porque toda ineficiencia es mala per sé, pero si además de ineficiencia energética tenemos la ineficacia patente de la criptocomunidad, entonces me temo que los principios más idealistas y descentralizados de la criptoeconomía acabarían en tela de juicio.

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