Prestar está chupado: a vueltas con la financiación por el vendedor

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Un antiguo compañero, Fran Carreira, me señaló que el post Renault y Volkswagen quieren ser tu banco: del depósito Pepito a la cuenta W le recordaba al episodio 2 de Odio las mates, cuentas para no dormir de Paul Borons, con el que arranca este artículo. Yo le comentaba que lo de financiar las ventas no es un negocio tan fácil.

Desde aquí debo dar las gracias a Fran por descubrirme la página de Paul, una web ingeniosa donde señala algo que comparto: el conocimiento no sé si me hará libre, pero duele que no veas. A partir de ahí, mis divergencias con ésta y otras ironías expuestas son bastantes. Pero vayamos al caso concreto.

En el ejemplo expuesto por Paul, para que se note, se magnifican las cifras. Yo, malvado vendedor, tengo un producto que me ha costado uno y que vendo por 12, y para ello doy un préstamo de 10 con un tipo de interés del 100%. Soy el primero en reconocer que la exageración es una herramienta didáctica pero supongo que todos estaremos de acuerdo en que cualquier parecido con la realidad de la venta de bienes y servicios financiados es casual (como el mismo video afirma sin creérselo). ¿Por qué no venderlo en 100 y con una tasa del 2.000%?

Así, ya no es que Paquita no encuentre competidores a los que comprar más barato, es que Paquita ni siquiera se molesta en ir a consultar a otros bancos o financieras. Deben ser cosas de las matemáticas.

Por cierto, que si Paul y Paquita se diesen una vuelta por cualquier empresa, incluso de esas que venden con márgenes que aborrece Paul, y hablase con el financiero, se daría cuenta de las importantes tensiones de tesorería que tienen la inmensa mayoría de las mismas, debido a que tienen que adelantar su dinero antes de saber si venderán o no venderán, y por supuesto antes de cobrar. Se llama Periodo Medio de Maduración ( y financiar a la amiga Paquita supone alargarlo, es decir, sufrir más).

Evidentemente, como comentaba en el post, los grandes grupos industriales usan sus filiales financieras para apoyar sus ventas, de modo que la ganancia final es la derivada del mix del margen de la venta y de la financiación, que pueden ser positivos o negativos (cuestión de matemáticas y de marketing, Paul, a ver si no se nota donde se gana el dinero).

Y todo eso pensando en que Paquita pague, ya que las Paquitas de este mundo a las que nadie más les presta, piden el 100% de financiación, con lo que es más que posible que al final (más bien al principio) Juan haya perdido su euro, no haya visto ni la primera cuota y Paquita goce de esa seta como loca (habrá que ver el valor de la seta si la recupera a través de una reserva de dominio).

Es más, esos contratos de créditos en los que hay una unidad comercial con el bien o servicio financiado son considerados créditos vinculados (echarle una lectura al art. 29), por lo que llegado el caso, la anulación, rescisión o llamarle X de la venta viene a traer consigo la del crédito ( ¿a alguien le suena el caso Wall St. Institute?). Conclusión: es posible que gane dinero con el préstamo de Paquita pero incrementa sus riesgos considerablemente.

A la vista del video uno se plantea el poco valor que le damos al dinero. Al dinero ajeno me refiero. Prestar está chupado, parece ser la conclusión del video.

Así nos va.

En El Blog Salmón | Cuando las quiebras bancarias nos alcancen

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