Francia sucumbe a los recortes tras erigirse como contrapeso de la austeridad

Francia sucumbe a los recortes tras erigirse como contrapeso de la austeridad
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Ya no hay nadie que no sucumba a la ortodoxia de la austeridad en el núcleo duro de Europa. Francia se había erigido en el último reducto, tras la llegada de Francois Hollande a la presidencia el pasado mes de mayo. Se autoproclamó como contrapeso de las políticas de recortes lideradas por Merkel. Sin embargo, cuatro meses después se da de bruces con la realidad: debe ajustar un alto déficit por lo que ha anunciado un brutal recorte de más de 30.000 millones de euros, con más impuestos para empresas, ricos y familias y con reducción de gasto público.

Corría el mes de mayo y la política de recortes y la reducción del déficit a toda costa se había extendido por todos los países. El desgaste de la crisis de Sarkozy hacía vislumbrar un cambio en el eje Alemania-Francia. La llegada de Hollande fue interpretada por muchos como la tabla de salvación ante una austeridad con la que se desvanecía cualquier posibilidad de crecimiento.

Sin embargo, la presión ante posibles números rojos en 2013 (el banco nacional galo prevé una caída del 0,1 % a final de año) y más incumplimientos del déficit, Hollande también ha sucumbido como el resto y ha presentado un paquete de ajustes de 30.000 millones de euros. Se trata de la mitad de los 67.000 millones que prevé recortar el Gobierno de Rajoy en dos años (a los que hay que sumar los casi 9.000 millones recortados en el inicio de la legislatura, en diciembre).

Es, por tanto, un cambio de rumbo más que significativo, habida cuenta de que se ha tomado la medida contra la que prometió luchar en campaña electoral. Y es, además, la constatación de que la partitura de las medidas contra la crisis tienen ya un común denominador: recortar gasto a toda costa. Es curioso el viraje en el pensamiento del presidente francés: ahora las tijeras en gasto público e impuestos sí tendrá una influencia positiva en el desempleo (se ha convertido en el mayor problema para la población, al haber superado la barrera del 10%), algo que, al menos por ahora, no se ha comprobado.

Sí es cierto que aún queda ver cómo se implementan esas medidas para juzgar si se cumple ese reparto del esfuerzo que defendió el presidente. Hollande precisó que de los 30.000 millones que se pretenden ingresar, dos tercios proceden de impuestos (10.000 a empresas y 10.000 a familias) y el resto de reducción de gastos ministeriales excluyendo educación, seguridad y justicia (y no sanidad). En esa subida tributaria, que se hará de acuerdo al nivel de renta (se descartaría, por tanto, los impuestos unidos al consumo) a los hogares incluye el tan cacareado impuesto del 75 % sobre las rentas más altas.

La respuesta ante la situación actual se uniformiza: recortes en el gasto, sin plantear ninguna medida de estímulo significativa. Hay muchos ejemplos y cifras que demuestran su ineficacia y voces expertas que así lo repiten. Sin embargo, la ortodoxia del déficit se impone.

En El Blog Salmón | Hollande acierta con sus primeras decisiones normales, ¿Podrá Hollande detener la austeridad y dar un giro al declive económico europeo?, Las cuatro claves del programa económico de Hollande
Imagen | Francois Hollande

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