La inversión en Europa ha descendido a niveles de hace una década sin que nadie de la UE, la CE, la OECD, el BCE, o el FMI detecte el nivel de peligro que esto encierra. Y mientras Mario Draghi vende el discurso de que las medidas de políticas que ha adoptado el BCE bajo su mandato son las más audaces en materia de política monetaria, el desplome se sigue reproduciendo sin parar, ante los ojos y narices de todas las autoridades europeas. En el intertanto, se ha permitido dar vida a una banca muerta en sus propias elucubraciones y estafas especulativas. De esta manera, la banca zombi que provocó el estallido de la crisis y que ha recibido miles de millones de euros para recomponer su salud, aún requiere de más impulso y dinero para mantenerse a flote. Un impulso que cada día se hace más exiguo y que agota la paciencia y los esfuerzos de la economía real, la única que está dando cara al bochorno de las finanzas especulativas, que multiplicaron por cien donde deberían haber dividido por dos.
Las finanzas especulativas y la falacia de los mercados eficientes y perfectos han llevado a la economía de la eurozona a una contracción inédita de seis trimestres consecutivos, y el FMI ha diagnosticado que esta contracción continuará este año y el próximo. Las perspectivas de las economías más importantes de la UE-17 como Alemania, se ha deteriorado siguiendo el ritmo de la decadencia mundial. Una parte de esto es producto de la desaceleración que sufre la economía China, que si bien sigue creciendo a tasas del 7,5 por ciento anual, ha sufrido una importante caída en sus exportaciones e importaciones, lo que afecta a todos los países vinculados comercialmente con el gigante asiático. Como siempre, el dolor terminan asumiéndolo los países de la periferia europea como España y Grecia.
El país heleno vive su sexto año consecutivo de recesión, estableciendo la recesión más larga de su historia. Grecia y España tienen un desempleo en torno al 27 por ciento y este no es un tema que cause inquietud a la burocracia europea anclada en Bruselas y comandada por Alemania. El desempleo continuará en ascenso pero esto no preocupa a los líderes europeos para quienes lo primordial ha sido el reestablecimiento de la estabilidad en la esfera de la banca, principal detonador y propagador de la crisis.
La muestra más clara de esto es que la inversión se ha esfumado y ha retrocedido en más de una década. Y sin inversión, no hay modo de restituir el empleo y garantizar el retorno a una economía saludable. Las medidas que impone la CE, la UE y el BCE no hacen más que propagar el drama en la inútil y fantasiosa espera de un milagro por la vía de un repunte en Asia, EE.UU. o los países emergentes. Pero este repunte no vendrá dado que los motores se desaceleran globalmente. Y en esto, no tiene sentido de hablar de "proteccionismo" dado que la debilidad de la demanda está significando una caída general del comercio sin que sean necesarias barreras proteccionistas de ningún tipo. Sin inversión no hay consumo ni empleo. Y que las tasas de interés estén a sus mínimos históricos, dan cuenta del feble estado de unas finanzas que se han quedado sin inversionistas.
En El Blog Salmón | OCDE prevé que España y Grecia alcanzarán un desempleo del 28% en 2014