Un nuevo récord consecutivo ha alcanzado la morosidad de la banca española al escalar al 10,71% en septiembre desde el 10,52% de agosto (datos revisados al alza desde los 10,09% originales). Los datos han sido dados conocer por el Banco de España y confirman la fuerte contracción del crédito que sufre la economía española y que ha significado un descenso en picada desde mediados de 2006 como muestra la gráfica.
Si bien durante septiembre el crédito aumentó con respecto a agosto en poco más de 3.000 millones de euros (efecto IVA), la tendencia es marcadamente en retroceso producto de la fuerte contracción económica que sufre la economía española. El volumen de crédito llegó a 1.701.788 millones de euros, mientras que la morosidad alcanzó los 182.226 millones de euros.
Como ya habíamos anticipado, la tasa de morosidad continúa batiendo nuevos récords y ha dejado en el olvido la mayor tasa histórica de morosidad alcanzada en febrero de 1994 cuando se estableció en 9,15 por ciento. En septiembre de 2011 la tasa de morosidad llegaba al 7,16 por ciento, lo que indica que ha aumentado un 50 por ciento en 12 meses, la velocidad más rápida de los últimos 50 años.
En los últimos 12 meses el volumen de morosidad pasó de 128.080 millones de euros a 182.226 millones de euros, aumentando un 42,2 por ciento de préstamos dudosos y de difícil cobro. Este fenómeno comprime a la economía por el efecto simultáneo de la contracción del crédito y la expansión de la morosidad. Al ser de tendencia contractiva, estrangulan a la economía en la sequía crediticia. Y si a esto sumamos el aumento en la prima de riesgo y el consiguiente incremento en el coste del endeudamiento se obtiene una economía con grandes limitaciones financieras.
La sorpresa la puede dar el aumento del crédito en septiembre con respecto a agosto por la suma de 3.013 millones de euros. Si esto marca un giro de tendencia habrá que esperar los próximos períodos. Pero lo más probable es que se trate de un adelantamiento de compras previo al incremento del iVA.
Lo relevante es que todo el problema financiero de la morosidad y la ausencia de crédito es sólo la punta del iceberg de los problemas españoles. Con un desempleo que supera el 25 por ciento y una economía en plena recesión por cuatro trimestres consecutivos sin posibilidad alguna de dar un cambio de giro en su tendencia, se enfrenta a problemas mucho más serios con los planes de austeridad y recortes presupuestarios que están en plena marcha. A esta cuesta de la crisis le aguarda aún un largo y sombrío 2013.
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