Sony, en la encrucijada

Sony, en la encrucijada
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La estrategia de Sony no está clara. El lanzamiento de la PlayStationPortable (PSP) ha resultado espectacular para ellos. Sin embargo, se trata de un éxito que no puede ocultar las dudas que ha generado la compañía en los últimos tiempos respecto a su capacidad de afrontar los retos que se le avecinan. Con una facturación de 66.900 millones de dólares en 2004, los resultados de Sony han sido negativos en los dos últimos trimestres (sumando casi 600 millones de dólares de pérdidas), marcando una tendencia que ha despertado la preocupación de sus directivos.

Sony está encontrando, además, duros competidores en muchos campos. En el ámbito de las videoconsolas, la PlayStation 2 mantuvo el tipo frente a sus competidores Microsoft Xbox y Nintendo Gamecube. Sin embargo, se avecina la "guerra de las consolas de tercera generación", con una Microsoft mucho más asentada en el mercado y que además ganará por la mano la batalla de las navidades 2005, al ser la primera que saldrá a la venta. En el ámbito de los reproductores portátiles, el gran éxito del Walkman de Sony (pionero en dotar de movilidad a la música) no ha podido ser reeditado en las nuevas épocas, donde Apple ha arrasado el mercado con sus distintas versiones de iPod, mientras que Sony se quedaba anclado en el CD y en sus formatos propietarios (MiniDisc) que nunca llegaron a implantarse de forma global.

Mientras, en electrónica de consumo, surgen nuevos competidores como Samsung, que ya se acercan a los niveles de facturación de Sony.

La excesiva diversificación (entrando en el mundo de la música o el cine) ha hecho que se pierda el foco estratégico. Una estructura organizativa poco integrada, y con poca cultura de grupo, ha dificultado que Sony pueda explotar las sinergias latentes en su amplia cartera de negocios. La falta de enfoque en la investigación de nuevos productos ha provocado que los esfuerzos de innovación no hayan dado los frutos apetecidos. La insistencia en formatos propietarios le ha alejado de gran parte del mercado.

El nuevo consejero delegado, Howard Stringer, tiene por delante grandes retos. Si consigue elaborar una estrategia clara, alinear a todas sus dividiones con dicha estrategia, y realizar los cambios organizativos que faciliten una mejor colaboración, es muy probable que el gigante Sony vuelva por sus fueros.

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