Desde que la United Nations Framework Convention on Climate Change (UNFCCC) entró en vigor el 21 de marzo de 1994, hemos visto muchas reuniones multilaterales en distintas partes del mundo con el objetivo de que los países se conciencien del impacto medio ambiental del humano, de lo perjudicial que este impacto ha sido y de las posibilidades de mejorar nuestra actuación para reducir nuestro impacto negativo, y los más ambiciosos, para dar marcha atrás a este impacto.
Hemos visto muchas reuniones y muchos acuerdos firmados, dentro del tiempo que queda después de todas las sonrisas y las fotos, en Kioto, en Copenhage, en Río, en Cancún y hoy vemos el comienzo de una más de estas reuniones multilaterales en Doha.
Los países ricos buscan que los menos ricos se comprometan a asegurar que cualquier crecimiento que acometan, sea dentro de las limitaciones medio ambientales y los países menos ricos dicen que los ricos deben cumplir con sus compromisos, ya que fue su crecimiento el que nos metió en los líos que ahora les preocupa. El objetivo de estas reuniones, aparte de las sonrisas y las fotos, será que los países ricos y pobres lleguen a un entendimiento, que todos acuerden calendarios de reducciones de sus impactos medio ambientales y comprometerse a niveles mucho más rigurosos que antes. Como hemos visto con anteriores reuniones, comprometerse no es cumplir.
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