El tsunami de tinta roja y la deuda "indevolvible"

El tsunami de tinta roja y la deuda "indevolvible"
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En noviembre de 2008, en La profecía del crack bursátil, se lo advertí a todo aquél dispuesto a oirlo: “habrá que acostumbrarse a la tinta roja por largo tiempo”, y una nueva prueba de ésto es esta gráfica de la deuda pública de Estados Unidos, que no es, como se intenta hacer creer “un fenómeno reciente”, sino producto de un desorden financiero de larga data. Este es el auténtico despilfarro generado desde 1980, cuando se les hizo creer a todo el mundo que podían consumir más de la cuenta, dado que “los déficit no tienen ninguna importancia” (Ronald Reagan, 1981).

Esta gráfica fue publicada ayer en Chicago Tribune y, en cuanto deuda, aquí hablamos de palabras mayores: casi la totalidad del PIB de Estados Unidos (14 billones de dólares). Y es una deuda que sigue en aumento, crece y crece sin parar. Nótese el curso de la deuda entre 1940 y 1980, y cómo a partir de esta fecha se dispara y cruza los límites. Este es el auténtico polvorín que inquieta a los mercados. De ahí las apuestas por derribar a países pequeños y someterlos a angustiantes pagos de intereses que inyecten recursos a las economías avanzadas. La deuda real de estos países es tan alta que está en el punto de lo indevolvible.

Si bien China, Japón, Canadá y el Reino Unido son los principales tenedores de bonos de la deuda estadounidense, no es menor la cifra que tienen países como Rusia, Taiwán, Hong Kong, Brasil, Suiza, los países exportadores de petróleo o los bancos del Caribe, entre otros. Gran parte de estos países están en trance de incurrir en déficit comerciales cada vez más profundos, por la caída de las exportaciones y de los precios, pues no sólo se han desplomado los precios de los bienes raíces, la deflación es generalizada y ha sido ocultada por el aumento del precio del petróleo.

No existe ningún mecanismo que permita estabilizar la moneda de estos países sobreendeudados (exceptuando, claro, aquellos países pequeños que no tienen deuda como es el caso chileno). Y esto es lo que tiene al borde de la asfixia a varios países europeos, que se endeudaron en euros cuando el euro era relativamente más barato en términos relativos, como ocurrió en Grecia, Irlanda, Portugal.. y también en España. De ahí las tensiones que imperan en la economía mundial, y el por qué los bancos y tenedores de bonos presionan por liquidez. El temor a la tinta roja genera un miedo insondable y contagioso a los impagos. Más aún cuando la deuda se acerca a ese punto de no retorno, ese punto en el cual no podrá devolverse. Este es el gran miedo de los mercados.

En El Blog Salmón | La economía global atrapada entre la espada y la pared

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