Renfe decidió bajar los precios el 8 de febrero de 2013. Las consecuencias son claras y una gran lección tanto interna (la mala política comercial que ha tenido Renfe en el pasado) como para muchos otros negocios. Lo primero, el número de pasajeros se ha disparado, con crisis y todo.
Los pasajeros de AVE han aumentado un 23,47%, una verdadera barbaridad. Además, según el INE, por primera vez desde que se tienen datos los viajes de AVE-larga distancia de tren superaron a los viajeros de avión en España (vuelos internos sólo). El subidón que ha tenido de viajeros sólo es comparable a la apertura de la línea Madrid-Barcelona.
La segunda consecuencia es que los ingresos de Renfe han aumentado un 6,95% hasta los 784 millones de euros. Si tenemos en cuenta que los gastos de transportar un tren vacío o lleno son muy similares, la política de Renfe ha sido un claro éxito. Ha maximizado sus ventas, a precios más bajos, para lograr mayores ingresos.
Es cierto que en muchos negocios no basta sólo con tener más ingresos. Una tienda de móviles puede ponerse a vender iPhone a 5 euros y seguro que bate un récord de ingresos, pero si los compra más caros también dispara sus pérdidas. Pero es una clara lección. Cuando existe la capacidad de vender más es muy posible que con precios y márgenes más pequeños se logren más ingresos y más beneficios.
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