Hoy se ha publicado el Barómetro de Opinión del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de junio y hay un dato que me llama la atención sobre el resto: por primera vez los bancos aparecen como uno de los principales problemas de los españoles en el puesto número seis de la lista. ¿Los bancos?, me pregunté. ¿Tal es la pérdida de su estatus moral que han llegado a esta situación? Me temo que sí.
Las personas necesitamos señalar con el dedo y culpar a alguien. Ello nos provoca una falsa sensación de bienestar. Con la crisis económica actual, no iba a ser distinto y la sociedad española ha puesto el punto de mira de su odio en la banca. Como hemos comentado en otros posts, la ciudadanía no llega a entender que el Gobierno regale dinero a los bancos mientras un importante porcentaje de la población lo está pasando económicamente muy mal.
Sin embargo, no debemos confundirnos: los bancos no son los responsables de esta crisis económica, o al menos, no en sentido estricto. Los verdaderos instigadores de la misma son los que han tejido las leyes de las cuales los banqueros se han aprovechado para obtener beneficios de procedencia moral confusa: la clase política.
Volviendo al barómetro del CIS, el paro, como no podía ser de otra forma, sigue encabezando la lista de los principales quebraderos de cabeza de los españoles, lo cual es totalmente razonable en un país con más de cinco millones de parados. Le siguen los problemas económicos, la clase política y los partidos, la corrupción y el fraude, y la sanidad.
¿Nos paramos a analizar durante un segundo esta información? Clase política, partidos políticos, corrupción, fraude… Si estos son los principales problemas de los españoles, el mensaje es inequívoco: algo huele a podrido en nuestro país.
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