¿Quien gana en la carrera por la devaluación de monedas?

¿Quien gana en la carrera por la devaluación de monedas?
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Octubre siempre ha sido un mes de sorpresas para la economía. No esperábamos, eso sí, una confesión tan directa como la que hizo el Fondo Monetario Internacional al declarar que el sistema financiero es el talón de aquiles de la economía. Tampoco esperábamos ver a los gobiernos enfrentados en una carrera desenfrenada imprimiendo dinero. A dos años de la quiebra de Lehman, la carrera de las devaluaciones competitivas está en plena marcha. Y es difícil hacer un seguimiento para ver quién está ganando, a parte de los inversores, por supuesto, que no se hacen problemas para pedir prestado al 0% y aprovechar los altos diferenciales de tasas con China, Australia o Brasil. La guerra de divisas genera claros ganadores, y no debemos sorprendernos con el ascenso en el precio del oro y la plata. Lo sorprendente es ver la lucha empecinada de los gobiernos por evitar la fortaleza de su propia moneda.

Desde el 22 de septiembre, más de 20 países han intervenido en el mercado de divisas aumentando la oferta de sus respectivas monedas para reducir su valor. Y aquellos países que no pueden imprimir directamente, han intervenido a través de los controles de capital. Este enfoque ha aumentado significativamente la volatilidad de las monedas. Japón es uno de estos casos cuando anunció, el 5 de octubre, un nuevo fondo para comprar bonos corporativos en una operación que obligó a otros países a seguir este serpenteante camino. Corea, Tailandia, Brasil y Malasia son algunosde los que mueven su artillería en esta guerra de divisas.

Como siempre, este tipo de operaciones masifica la incertidumbre y los productores de commodities resultan beneficiados, lo que puede derivar en otra burbuja: la de los países emergentes. Productos como el oro, la plata, el petróleo, el cobre, el platino, el trigo, el maíz y el azúcar, han emprendido rutas alcistas. El oro se ha incrementado en un 20% y la plata en un 32% desde el 1 de enero de este año. El petróleo puede escalar a los 100 dólares el barril antes de fin de año y todo gracias a la operatoria de los bancos centrales, que saben actuar coordinadamente para defender los intereses del gran capital, pero no para generar empleo en el mundo.

Estas escaramuzas no hacen más que intensificar la crisis del dólar, que se ha devaluado un 15% en los últimos dos meses. El plan de Ben Bernanke de inyectar más dinero al sistema para reactivar la economía puede ser el tiro de gracia para la divisa internacional. Como señalamos en Estados Unidos está al borde de la quiebra, el nivel de endeudamiento público y privado de la primera economía del planeta lo tiene instalado en la primera fila del colapso. Se habla de terminar con los grandes bancos, con aquellos demasiado grandes para caer por ser demasiado grandes para existir, en una operación de alto riesgo para el billete verde. La caída del dólar amenaza con arrastrar una oleada de ventas de activos que desatará un gran pánico bursátil. A partir de ese momento, el dolar puede ser basura tóxica.

En El Blog Salmon | Cómo y por qué estamos en una guerra mundial de divisas, Aumenta el tono y la artillería pesada en la “guerra de divisas”
Imagen | Kevin Dooley

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