Aumenta el tono y la artillería pesada en la "guerra de divisas"

Aumenta el tono y la artillería pesada en la "guerra de divisas"
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Desde fines del mes pasado la economía mundial se encuentra en alerta roja. La guerra de divisas desatada para evitar apreciaciones no deseadas de las monedas frente al dólar ha continuado. El intento de tregua que buscaron la semana pasada los ministros de finanzas de 187 países junto a los representantes del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, sólo alentó el fuego cruzado. El sistema financiero se ha convertido en el talón de aquiles de la economía mundial y se encamina a su derrumbe. Tal como dimos cuenta en el origen del caos financiero.

Por eso no es extraño que el debate económico se haya reformulado en términos de un campo de batalla y, si se fija bien, se terminó esa retórica de la cooperación para impulsar el crecimiento mundial que existió hasta hace unos meses. El tono más combativo se ha instalado en los centros de poder, y el Senado de Estados Unidos ha ingresado el proyecto de Ley para sancionar duramente a los países que manipulen su moneda. Una vez más, Estados Unidos mira hacia fuera sin reconocer que los fuertes desequilibrios globales y la competencia desigual (ver gráfica de Der Spiegel), han sido instaurados por sus propias políticas, partiendo por el derroche y la fuerte desigualdad de los ingresos que el economista Robert Frank reconoce hoy en The New York Times, dando cuenta del fin del sueño americano.

Han sido los fuertes desequilibrios desatados por su consumismo excesivo y el afán acreedor de países como China, que producían pero no consumían , los que han llevado al mundo a esta compleja situación que no se resuelve en el corto plazo. Por eso que el uso de esta contundente artillería pesada es algo inútil. Una artillería que va desde la flexibilización cuantitativa (emisión de dinero para comprar bonos) a los controles de capital, la intervención de la moneda, e incluso el riesgo de los impagos. Todo esto para hacer que el dólar se derrumbe más rápido de lo previsto y saltarse la apreciación del yuan. No es por nada que Pimco vendió este jueves los bonos del Tesoro de Estados Unidos: la insolvencia de la primera potencia mundial comienza a hacerse real y a causar estragos en todo el planeta.

Nadie puede negar ahora que la economía se mueve sobre un campo minado. Pese a los planes de estímulo, a las tibias recuperaciones y al ruido que intentan mantener las bolsas, la incertidumbre hacia el futuro se hace cada vez más preocupante. Todas las acciones se encaminan al proteccionismo y a repetir los errores de la Gran Depresión, en una dirección que amenaza con socavar la estabilidad global. Esta vez, la guerra comercial puede derivar en el estallido de la burbuja de los bonos de deuda soberana. Los fondos que se invierten en deuda pública han alcanzado unos niveles comparables a los que se registraron en los productos de bolsa antes del estallido de la burbuja tecnológica en el año 2000.

Por otra parte, los recortes de gasto y los planes de austeridad fiscal que se están viendo obligados a asumir los gobiernos de muchos países, está generando una situación de gran descontento. En el caso del Reino Unido, el reciente Premio Nobel, Christopher Pissarides, señala que estos recortes hundirán al país en la pobreza. En el caso de España, Michael Piore advierte que “reducir salarios no ayuda en nada”. Como hemos señalado en otros artículos, los planes de austeridad en ciernes no solo nos llevan directo al fracaso, sino que comprometen el equilibrio y la estabilidad social haciendo que esta guerra siga subiendo de tono.

En El Blog Salmón | Cómo y por qué estamos en una guerra mundial de divisas
Imagen | Der Spiegel

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