Los índices bursátiles europeos, al unísono, han emprendido la senda de las pérdidas, siguiendo la estela de Wall Street. Los analistas miran preocupados la evolución de los gráficos. Y es que, aunque se veía venir, siempre nos pilla desprevenidos.
Son muchos los indicadores que en los últimos meses hablaban negativamente de la evolución de la economía mundial. Las tasas de paro en Europa creciendo, la producción casi estancada, la inflación creciendo moderadamente, el crudo a precios desorbitados sin que la OPEP sea capaz de controlarlos...
Contra todas esas evidencias, las bolsas parecían ajenas a la realidad. Los valores subiendo, los índices en buen tono... hasta hoy. Lo peor, dicen los analistas, es que no se han producido noticias relevantes en los dos últimos días que justifiquen las bajadas. Es, por lo tanto, una reacción de pánico, una bola de nieve que raro será que no crezca en los próximos días. Porque los mercados sabían que estaban yendo a contra corriente, y solo la confianza colectiva en los índices permitía seguir adelante. Una vez quebrada esa confianza... se pondrá en marcha ese viejo adagio bursátil, "el último duro que lo gane otro", o más vulgarmente, "****cón el último".
Vía | El Mundo