Cosas de Bruselas: “La reforma laboral ha salvado 400.000 empleos”

Cosas de Bruselas: “La reforma laboral ha salvado 400.000 empleos”
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Puede que muchas personas al leer este titular piensen que los dirigentes europeos se han vuelto locos o están bromeando, pero siento decirles que no es así. La Comisión Europea defendió este viernes que la reforma laboral que puso en marcha el gobierno –ahora en funciones- en 2012 evitó que se destruyeran 400.000 puestos de trabajo en España.

El Ejecutivo comunitario ha elaborado un extenso informe sobre la economía española que ya adelantó ayer Alejandro en el que defiende el proceso de reformas que se abrió cuando Rajoy llegó a la Moncloa acuciado por la UE y los mercados financieros. De ahí se entiende esta defensa a ultranza de los ajustes y que se quejen de que el año pasado no se puso en marcha ninguna medida de este tipo.

Para calcular estos 400.000 empleos salvados, la Comisión explica que “una relación de empleo basada en la relación anterior a la reforma laboral con el crecimiento del PIB en ese momento sugiere que si no se hubiera emprendido la reforma se habrían perdido 400.000 puestos de trabajo en España”.

Además, asegura que de no haber sido así la recuperación del empleo –que tiene su particular explicación- habría sido más suave y que ahora el mercado de trabajo puede crear empleo a un ritmo más elevado que el crecimiento del PIB.

“Flexibilidad interna”

¿Qué propició que se salvaran esos puestos de trabajo, según Bruselas? La “flexibilidad interna” de la que se dotó a las empresas, si bien hay que recordar que esa “flexibilidad” también provocó que se cambiaran las condiciones de trabajo sin negociar con los empleados, se bajaran sueldos, se recortaran ayudas, se alargaran las jornadas laborales, etc.

No obstante, la Comisión también pone pegas con el objetivo de que las reformas continúen, tales como el elevado nivel de desempleo que España sigue atesorando, sobre todo de larga duración, la dualidad del mercado laboral o los desajustes de las aptitudes, aunque no va más allá.

Asimismo, critica las iniciativas desarrolladas para incentivar el empleo o las políticas activas para mejorar la empleabilidad de los grupos con más dificultad de reinserción laboral, como son los mayores de 50 años o los más jóvenes.

La parte fea del cuento

La radiografía hecha por la UE al mercado laboral español está incompleta. Puede que sea verdad que la reforma laboral salvó esos 400.000 puestos de trabajo –aunque habría que ver en qué condiciones-, pero se le olvida que al mismo tiempo destruyó otros tantos. En este caso se desconoce la cifra oficial, pues las instituciones, partidos políticos y sindicatos han dado diferentes datos.

Por ejemplo, UGT dice que se destruyeron un millón de empleos, mientras que otros estudios la han reducido a 800.000 puestos. Por ello, es más que posible que los ajustes acabaran con más puestos de empleo que los que crearon.

Además, como bien admite la UE, la temporalidad sigue siendo el mayor mal de nuestro mercado laboral y parece que, a día de hoy, no hay forma de acabar con ella o rebajarla, pues sigue subiendo. Por ello, cabe concluir que la reforma laboral puede haber dotado a España de una competitividad de la que carecía, pero el precio a pagar ha sido bastante alto, digan lo que digan desde Bruselas…

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