El contrato único: lo amas o lo odias

El contrato único: lo amas o lo odias
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El contrato único se ha convertido en una de las propuestas estrellas del programa económico de Ciudadanos presentado ayer martes. Esta modalidad contractual no está exenta de polémica, hasta el punto de que los economistas lo aman o lo odian, según sus ideales políticos sean liberales o socialdemócratas.

En El Blog Salmón hemos escrito largo y tendido sobre el mismo, pero creo que dado el momento de actualidad que atraviesa, no está de mal recordar brevemente en qué consiste. Empecemos por la definición: el contrato único es un contrato indefinido con indemnización por despido progresiva, es decir, que va creciendo en función de la antigüedad del trabajador de la empresa.

El secreto de esta modalidad contractual reside, por tanto, en cómo de flexible serían las indemnizaciones por despido, que pueden ser generosas o restrictivas, según se implemente jurídicamente. Teniendo en cuenta la vinculación de Garicano con Fedea, nos hacemos una idea de por donde pueden ir los tiros del contrato único propuesto por la formación de Albert Rivera, pues la propia Fedea realizó en 2009 una simulación con un contrato único con 12 días de indemnización por año trabajado, que aumentarían hasta los 36 a partir de los 12 años en la empresa.

En mi opinión, la implantación de un contrato único en nuestro país resolvería algunos de los grandes problemas de su mercado laboral: de un lado, se acabaría con la dualidad, uno de nuestros grandes malos; del otro, pondríamos fin a la maraña administrativa y jurídica que existe en la actualidad con los más de cuarenta tipos de contratos vigentes. Además, colectivos muy castigados por la crisis como jóvenes, mujeres o inmigrantes tendrían igualdad de oportunidades en su acceso al mercado laboral.

En El Blog Salmón | Las claves de Ciudadanos para luchar contra el paro, la desigualdad y la pobreza y ¿Qué es el contrato único?

Imagen | No man´s land

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