El presentismo, el nuevo mal que aqueja a las empresas y que hará bueno al absentismo

El presentismo, el nuevo mal que aqueja a las empresas y que hará bueno al absentismo
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El absentismo ha sido desde hace muchos años uno de los grandes males que sufren las empresas en España. Definido como la ausencia –justificada o injustificada- de los empleados en su puesto de trabajo, ha sido un verdadero quebradero de cabeza que mejoró con la crisis pero que ante la incipiente recuperación ha vuelto a aumentar, como contamos hace poco por aquí.

No obstante, las empresas no solo van a tener que enfrentarse al absentismo, sino que el hecho de que los empleados hagan acto de presencia tampoco les va a garantizar que cumplan con su trabajo. Ha llegado la hora del presentismo, una práctica más conocida como usar el tiempo de trabajo para tratar temas personales, como chatear con los amigos por las redes sociales o enviar correos desde la cuenta privada. Vamos, eso que hacemos casi todos al echar una miradita a Facebook o Twitter de vez en cuando.

Según un informe reciente de Adecco, casi la mitad de las compañías españolas (el 46%) reconoce que sus empleados realizan prácticas de este tipo, mientras que el 28% admite haber abierto incidencias por esta cuestión. Por su parte, el 26% dice desconocer si sus trabajadores hacen este tipo de cosas porque no tiene capacidad para saberlo.

Pero los datos van más allá, pues dicen que el 93% de las empresas tiene trabajadores que entra en sus redes sociales o en su correo normalmente, es decir, que los españoles somos bastante dados a caer en la tentación digital cuando en teoría no debemos (a no ser que seamos community managers). Eso sí, dicen que son una minoría.

Llegar tarde, salir antes…

Otra práctica presentista que a veces es peor que el absentismo es llegar tarde al trabajo (sin justificación) y salir antes de tiempo (también sin motivo). Con el 88%, es la segunda tendencia más detectada por Adecco. Por su parte, el 85% de las compañías constata que sus trabajadores se ausentan de su puesto para fumar, tomar café o almorzar cuando no es la hora.

El perfil que arroja el informe sobre los más trabajadores dados a salirse del tiesto en horas laborales dibuja a personas mayores de 35 años, tanto hombres como mujeres, que trabajan en una gran empresa y que tienen un contrato indefinido a tiempo completo.

Para intentar evitar situaciones de este tipo, las compañías llevan a cabo diferentes estrategias. El 74% realiza controles de entrada y salida, el 33% ha restringido Internet y el 22%, el servicio de correo. Es revelador que el 6% opte por apagar las luces a determinada hora…

Pero claro, si se da la vuelta a la tortilla se puede ver cómo estas mismas empresas proponen pocas medidas de flexibilidad a sus empleados. El 81% asegura ofrecer flexibilidad horaria, pero solo el 16% la aplica. De este modo, Adecco concluye que las empresas españolas están más orientadas a sistemas de restricción a la hora de frenar el presentismo que a ofrecer alternativas (con las que probablemente saldrían ganando).

Como hemos visto en el ejemplo de la jornada laboral de seis horas en Suecia, la flexibilidad laboral es algo que no solo mejora el rendimiento del empleado, sino que da mejores resultados a la propia empresa. Pero como ya hemos repetido también hasta la saciedad, la obsoleta cultura empresarial española parece no enterarse (o no querer).

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