Las diferencias de salario mínimo en la UE son tan grandes como las de su productividad, todos los detalles

Las diferencias de salario mínimo en la UE son tan grandes como las de su productividad, todos los detalles
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La Unión Europea es un proyecto político-económico que ha tratado de integrar diferentes países con modelos económicos muy dispares entre sí. Por esa razón, nos encontramos con datos sorprendentes, y uno de ellos hace referencia a los salarios mínimos brutos.

Los últimos datos publicados del Eurostat en relación a los salarios mínimos, muestran que en la UE existe una diferencia de hasta nueve veces si comparamos los salarios mínimos de Bulgaria frente a Luxemburgo, lo que sin duda supone una gran brecha entre ambas economías integradas en la UE.

No obstante, prácticamente la totalidad de los salarios mínimos expuestos se encuentran por encima de los niveles de 2008. Sólo existe una excepción y es Grecia dónde el salario mínimo ha bajado un 14% desde 2008.

Es más, a pesar de que consideramos que Bulgaria tiene un salario mínimo bajo, éste se ha duplicado en los últimos nueve años, con un aumento del 109%. Hay que recalcar también otros salarios mínimos han experimentado un crecimiento meteórico desde 2008 gracias a los aumentos de productividad: Rumanía (99%), Eslovaquia (80%), Estonia (69%), Letonia (65%) y Lituania (64%).

Desde Bulgaria hasta Luxemburgo

Aquellos países que cuentan con un saldo mínimo por debajo de los 300 euros son Bulgaria (235 euros) y Rumania (275 euros). Y por debajo de 500 euros, tendríamos Letonia y Lituania (380 euros en ambos países), República Checa (407 euros), Hungría (412 euros), Croacia (433 euros), Eslovaquia (435 euros), Polonia (453 euros) y Estonia (470 euros).

Seguidamente se encuentran los países que se sitúan en la tabla media en relación a los salarios mínimos la Unión Europea. Entre los 500 y 1.000 euros de salario mínimo tendríamos a Portugal (650 euros), Grecia (684 euros), Malta (736 euros), Eslovenia (805 euros) y finalmente a España (826 euros), que ha subido un 8% en el 2017.

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En la "Champions League" de los salarios mínimos que se sitúan por encima de 1.000 euros al mes nos encontramos al Reino Unido (1.397 euros), Francia (1.480 euros), Alemania (1.498 euros), Bélgica (1.532 euros), Holanda (1.552 euros), Irlanda (1.563 euros) y Luxemburgo (1.999 euros).

El SMI vinculado a la paridad del poder de compra

Para ser justos en las comparaciones entre países, lo correcto es aplicar las paridades del poder adquisitivo (PPA) para gasto consumo final de los hogares. Con ello, se consigue descontar las diferencias en los niveles de precio de los diferentes países. Bajo la métrica del PPA, Las diferencias entre los países tienden a reducirse.

Descontando la paridad del poder adquisitivo, la diferencia entre Bulgaria y Luxemburgo sería algo más de tres veces. Pues Bulgaria asumiría un salario mínimo, en PPA, de 501 euros, mientras que en Luxemburgo se lanzaría con un salario mínimo de 1.659 euros.

En referencia a España, si tenemos en cuenta la PPA nuestro salario mínimo sería en realidad de 910 euros, una paridad de compra similar a Polonia (881 euros) o bien Malta (917 euros).

Con la conversión al PPA, además de reducir la variación entre los salarios mínimos más altos y más bajos, cambia el orden de la clasificación de los países, niveles de salarios mínimos.

Los países con "bajos salarios mínimos" (por debajo de 500 euros), aplicando el PPA, pasan a tener salarios mínimos por encima de 500 euros. Estos países serían: Lituania, Hungría, la República Checa, Letonia, Eslovaquia, Estonia, Croacia y Polonia.

No es casualidad que Bulgaria tenga el salario mínimo más bajo

El salario mínimo es una medida legislativa que lo único que puede ofrecer es una barrera de entrada al mercado laboral, perjudicando a la contratación. Por ello, en mayor o menor medida, el salario mínimo tiene una especial vinculación con los niveles de productividad de una país.

Existen numerosas maneras de medir la productividad de un país, en este caso utilizaremos la productividad por hora trabajada en paridad de poder adquisitivo, representado por los ingresos medianos por hora que nos ofrece los últimos datos disponibles del Eurostat de 2014.

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En el caso de Bulgaria, en el año 2014, los ingresos medianos por hora en PPA eran de 3,6 euros, frente a Luxemburgo que era de 15 euros, una diferencia de cuatro veces, por lo que es relativamente normal que el salario mínimo en PPA entre ambos países manifieste una diferencia de tres veces.

Además de Bulgaria, aquellos países que tenían un salario mínimo por debajo de 500 euros, son los que tienen los menores niveles de productividad por hora: Hungría (6,5 euros), seguida de Letonia (5 euros), Lituania (5,1 euros) y Rumanía (4 euros).

Por el contrario, quiénes presentan mayores niveles de productividad en PPA dentro de la UE son: Suecia seguidos por (19,3 euros), Dinamarca (18,5 euros), Irlanda (18,4 euros), Luxemburgo (15 euros), Bélgica (15,4 euros), Holanda (14,5 euros) y Finlandia (13,9 euros).

No todos los países tienen salario mínimo

Nos encontramos que existen países en la UE con altos niveles de productividad pero que carecen de una regulación sobre el salario mínimo. Suecia el país más productivo (en términos de PPA) de la UE no incorpora un salario mínimo en su legislación. Dinamarca y Finlandia, otros dos países situados entre los lideres en productividad que también carecen de salario mínimo.

Asimismo, tenemos otros países en la UE sin salario mínimo como Italia, Chipre y Austria que no mantienen una regulación sobre el salario mínimo y en el caso de los países de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC), es decir Islandia, Noruega y Suiza tampoco se integran bajo el salario mínimo.

Si bien es cierto que hay que hacer algunas matizaciones pues por ejemplo en Chipre, a pesar de no tener un salario mínimo, en algunas ocupaciones muy específicas el Gobierno sí integra salarios mínimos para el desarrollo de la actividad.

Para los países mencionados, la mayoría de salarios mínimos no están bajo el poder del gobierno sino que son pactados a través de diversos convenios colectivos para una serie de sectores específicos que están vinculados con la flexibilidad y productividad.

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