Electrolineras, ¿cuál es la solución?

Electrolineras, ¿cuál es la solución?
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El Ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha llegado a un acuerdo con una docena de empresas energéticas para que se despliegue una red de "electrolineras" para así hacer viable la alternativa de los vehículos eléctricos en lugar de los de combustión interna. Sin embargo no está claro cuál será el mejor modelo de "electrolineras". Hay muchas opciones y ninguna buena del todo.

El problema de los coches eléctricos no híbridos (es decir, que su fuente de energía es puramente una batería y no cuentan con apoyo de combustibles fósiles) es el tiempo de recarga de la baterías. Este tiempo es muchísimo más lento que lo que en la actualidad es llenar el depósito de gasoil o gasolina. Por tanto la sociedad tendría que cambiar su mentalidad e ir a recargar el coche con mucho tiempo por delante, dejándolo enchufado como mínimo media hora para tener algo de autonomía. Este modelo hace que las "electrolineras" tengan que tener más capacidad que las actuales gasolineras, ya que para servir el mismo número de vehículos por hora es necesario tener mucho espacio disponible.

Otro modelo de electrolinera es la recarga nocturna. La pega es que esto tiene que ser un parking. Mucha gente deja el coche aparcado bajo techo por las noches, pero mucha otra gente no. Este modelo, por tanto, no es viable para una gran parte de la población.

El tercer modelo que se comenta es el del cambio de baterías. Llegas a la "electrolinera", te cambian la batería gastada por una llena, y la "electrolinera" se encarga de llenar la que se queda y vender la carga a otro vehículo. El problema de este modelo es que las "electrolineras" tendrían que hacer una inversión en baterías muy fuerte y además hay que estandarizar la forma y tipo de baterías entre vehículos. Es una opción que puede parecer interesante, ya que las cosas estandarizadas suelen ser más baratas, pero impide que se mejoren las baterías en el futuro. Además, siempre está la pega de que te den una batería en mal estado cuya autonomía sea baja. Demasiada gestión y poder de decisión en manos de las electrolineras.

Es decir, todavía existen muchas pegas para el coche eléctrico en España. Sebastián sigue empeñado en imponerlo, y posiblemente para España sea positivo, ya que dependeríamos menos del exterior (podemos generar electricidad de muchas formas, pero no petróleo), pero la tecnología no está madura para una gran parte de la población.

Vía | El País Imagen | David Megginson

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