¿Quién piratea?

¿Quién piratea?
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Lo confieso. Una ya es mayor y se queda bastantes (demasiados) sábados en casa. Y a veces comete el (inmenso) error de ver ese programa de Tele5 llamado La Noria. Ese popurrí de prensa del corazón y de los higadillos, dónde de vez en cuando se marcan un debate sobre un tema de actualidad. Debates con una absoluta falta de rigor, con un nivel de primaria, y una parcialidad absoluta por parte del presentador. Programa obsesionado con dos temas. Todo lo relacionado con la homosexualidad, lo roles sexuales, el transformismo, etc...Por otro machacar a la Iglesia Católica siempre que se pueda. Uno se lo toma a risa, y de vez en cuando lo ve, como si fuese un espectáculo de Lucha Libre americana. Algo absolutamente kitsch.

Pero he de reconocer que, aún sin creer que lo busquen intencionadamente, tienen momentos muy interesantes. En los últimos meses he percibido dos momentazos. El primero de ellos, sobre el que versa el post, es a propósito del Negocio Musical. Por situarnos, se hablaba acerca de cómo se fabricaba un numero uno musical, de si se pagaba o no por radiar determinada música, de como ello podía influir en la carrera de un artista. Vamos, temas muy muy manidos.

Lo que me llamó poderosamente la atención fue la actitud de uno de los contertulios. Se trataba de alguien antiguamente conocido por su faceta musical, pero que hoy por hoy, y en mi modesto entender, se ha convertido en un personaje público que va a tertulias a opinar de lo que le pidan cobrando por ello. Y punto. Al menos en ésta, el tema le toca cerca, aunque no tiene porque ser así. Ademas de su constante presencia mediática en este tipo de programas, su otro motivo de popularidad deriva del abanderamiento que venía ejerciendo (ya no) de la SGAE, y de como representando a esta entidad ha impulsado medidas legales contra los internautas que recurrian al P2P para bajarse música.

El caso es que me llamaba la atención como hablaba una y otra vez de la Payola. La Payola viene a ser esa práctica por la que la discográfica paga, y mucho dinero, a los emisoras de radio para que sistemáticamente machaquen un tema y otra vez, casi casi rozando la tortura al estilo de la Naranja Mecánica. De este modo nos acabaría gustando un tema, si o si. Es más, señalaba este antiguo autor musical como el tema podía volverse mucho más sofisticado, exigiendo la emisora al autor la cesión de una parte de sus derechos, etc...Calificaba a gente del negocio de la música como delincuentes. Vamos, de auténticos piratas.

Al margen de que como certeramente le señalo otro contertulio, Risto Mejide, parece mentira que no se de cuenta de que todo esta demodé, que la Radio ya no es lo que era y que ahora lo que pita es Internet, había algo que me chirriaba. Si de verdad esto ha sido así, si los autores que son el motor de la industria musical han sido manipulados de dicho modo, ¿dónde están sus denuncias publicas?, ¿dónde está la labor, suya y de la SGAE, de presión al legislador para que les proteja de estas organizaciones, discográficas y emisoras? Seguramente es que resulta más fácil perseguir al pequeño ciudadano que se conecta a internet. O quizás es que esas asociaciones que dicen defender a los autores musicales a quien realmente defienden son a esos que se lucraban con la Payola, los mismos a los que Internet ha hecho mucha pupa.

A veces, al oirle hablar me acuerdo de aquellos sindicalistas que destrozando las maquinas, pretendían frenar la Revolución Industrial. Lo que ocurre es que aquí y ahora, las máquinas las quieren destruir los sindicalistas y la patronal. ¿A que es curioso?

Foto | Matt loves kick

Más información en El Blog Salmón La SGAE, la Justicia, y el CopyLeft. Los negocios de la SGAE ¿Cuándo caducan los derechos de denuncia?

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