El mercado apuesta por la quiebra de Portugal

El mercado apuesta por la quiebra de Portugal
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El temor al impago de los países altamente endeudados es cada vez mayor, confirmando que este año será de grandes turbulencias financieras. Antes que termine el invierno europeo, Portugal y Bélgica deberán pedir un plan de rescate, al que se unirán, de seguir así las cosas, España e Italia. Lejos de atenuarse, la crisis que sacude a Europa se extenderá hacia el corazón de la eurozona, golpeando también a Francia y Alemania. Y este será solo el preámbulo. Si la sed del mercado quiere aún más sangre, la crisis del impago se propagará hacia Estados Unidos y Japón. Esto último lo señala el informe The Debt Of Nations preparado por el equipo que encabeza Willem Buiter para CitiGroup Global Market.

Por eso que las escaramuzas de las bolsas en las últimas semanas (donde el Ibex se ha dejado un 6,77%) son una sinopsis de lo que viene. La crisis de Lisboa arrastró ayer al euro a su mínimo de cuatro meses con respecto al dólar (1,29) y obligó a una rápida reacción del BCE. Y eso que el dólar ha sufrido una fuerte depreciación frente a las monedas de los países emergentes. Aun así, el costo de la deuda de Portugal alcanzó el 7.2%, un 45% más que el costo que tenía en agosto, (ver gráfica), y un 100% más que hace un año. Tras la intervención del BCE para “destensar la soga”, este costo descendió al 6.99%, calmando tibiamente el apetito de los inversores y demostrando que el rescate de Portugal que buscan los grandes tenedores de bonos será inevitable.

A diferencia de Italia, la situación es compleja para Portugal dado que los inversores extranjeros poseen el 80% de la deuda del país luso. Y como el pánico se ha apoderado de los mercados, estos inversores han decidido dejar de prestar a Portugal deshaciéndose de grandes cantidades de bonos de deuda. Este torniquete obliga a Portugal a recolocar bonos de nueva deuda (mil millones de euros este miércoles), pero a un costo que resulta mucho más elevado. A modo de ejemplo: por cada 10 millones de dólares de un bono soberano, el costo que paga Portugal para cubrir el riesgo de impago llega a los 560.000 dólares; es decir que por los mil millones de euros, Portugal deberá pagar 72 millones de dólares anuales. Y como la deuda con inversores externos es de 165 mil millones de euros, el costo anual de la deuda llega en estos momentos a los 11.800 millones de euros. Nadie puede asegurar que no seguirá subiendo.

Se trata de un costo altamente excesivo en el cual es el propio mercado el que empuja a la quiebra de los países. Si la economía de Portugal ha crecido a un promedio de 2,2% en los últimos 25 años, resulta imposible pagar el castigo que imprime el mercado al empujar la deuda al 7%. Esta es una de las incongruencias del mercado porque cuando la economía está sana y rebosante de salud, el costo de los bonos no supera el 3%, pero cuando se enferma, el mercado aplica un castigo que puede elevar el valor del bono al 100% y más, condenando a ese país a una muerte por asfixia.

Para España, el problema es que el efecto dominó de la deuda de Portugal, también afecta al alza el costo de la deuda española, que ayer subió siete puntos para instalarse en el 4.97%. Esto indica que el costo de asegurar 10 millones de dólares en deuda española por la via de los CDS subió a 362.000 dólares. Y si la operación es por mil millones de dolares se deben pagar 36,2 millones de dólares en efectivo.

A pesar de la insistencia de España y Portugal de que no necesitan ningún rescate, los mercados bursátiles lo están pidiendo a gritos con sus caídas diarias que acumulan varias jornadas de descenso. Esto tiene a los inversores frente al temor de que España no será capaz de pagar su deuda y señalan cuatro indicadores para manifestar su desconfianza: las pruebas de estrés han sido desacreditadas, el sistema bancario es un agujero negro de incertidumbre; la deuda privada ha llegado al 226% del PIB y el desempleo en el 20% no ofrece ninguna alternativa de respiro, el déficit en cuenta corriente alcanzó el 9,3% el 2010 y superará el 10% en 2011.

Si tomamos en cuenta que tanto el agujero negro de las finanzas como el fuerte endeudamiento privado provienen de larga data, nos quedamos con los efectos netos de la crisis: el desempleo, por un lado, y el déficit en cuenta corriente por otro. Pero, ¿es comparable un déficit en cuenta corriente de 10% frente a un endeudamiento privado de 226% del PIB?. Esto nos lleva a una verdad aún más escalofriante: la actual crisis no es un fenómeno cíclico sino netamente estructural: la economía no es capaz de producir para salir del pantano de la deuda. Y la deuda, una creación a lo Frankenstein, es lo único que sigue creciendo.

La otra consideración, es que a tres años del inicio de la crisis no hay ninguna señal real de que ésta comience su declive. Y esto es fundamentalmente porque no se ha producido ningún acuerdo global que ayude a enfrentar el tema de la deuda. Mientras no surja una respuesta seria en este ámbito, el nerviosismo del mercado y la histeria ante los impagos seguirán marcando la tónica que arrastrarán por el despeñadero a varios países.

Más información | The Debt of Nations, Rumores de nuevas compras del BCE destensan la soga sobre España y Portugal
En El Blog Salmón | Portugal niega el rescate y sus dificultades financieras

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