El caso Toña: un financiero "ético" ante el dilema del tranvía

El caso Toña: un financiero "ético" ante el dilema del tranvía
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Angel Toña es un reconocido economista del País Vasco. catedrático de la Universidad de Deusto, socio del despacho Attest, ejerciendo como administrador concursal. Todo eso hasta hace poco, ya que desde hace pocas fechas es el nuevo consejero de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno Vasco. Pero, además de todo eso, Angel Toña es también un financiero "ético" ante el dilema del tranvía.

Me explico, a los pocos días de su nombramiento caía como una bomba el que, unos días antes había sido inhabilitado como administrador concursal durante año y medio por una sentencia de la Audiencia Provincial de Vizcaya al desaprobar las cuentas que este ha tenido en el procedimiento concursal de una fundición. ¿Qué es exactamente lo que le reprochan?

¿Por que se inhabilita a Toña?

Pues como habrán comprobado los que ha leído la sentencia saltarse a la torera el orden, la prelación de pagos que debe realizarse a la hora de la liquidación de la empresa. Como sabréis todos los que os movéis en el mundo de la empresa hay una serie de acreedores que han de cobrar primero, que tienen preferencia respecto de sus créditos. Entre ellos está la Seguridad Social, por ejemplo.

Pues bien, por lo que se ve en la sentencia la Administración concursal pasó de este orden, y desoyó los requerimientos de la Seguridad Social de atenerse a lo previsto legalmente. Abono el dinero directamente a la plantilla (operación que se ordena deshacer por la Audiencia para proceder a la reliquidación), todo ello en el contexto de intentar mantener viva la empresa el máximo tiempo posible mientras intentaba lograr una reclasificación de la fabrica para destinarla a la promoción de viviendas.

Finalmente no hubo reclasificación urbanística y la empresa feneció, pero la Seguridad Social no se dio por vencida (ni tampoco un pequeño grupo de trabajadores dejados al margen), y finalmente lograron en segunda instancia esta sentencia en los Tribunales, que ha sido recurrida por Toña aduciendo que las interpretaciones de la ley concursal son discutibles.

Fiare y el dilema del tranvía

¿A qué me refiero con lo de financiero ético? Sencillo, Toña es uno de los impulsores-fundadores de Fiare Banca Ética. Como sabeis, el de las llamadas finanzas "éticas" es un tema que me apasiona y al que he dedicado unos cuantos posts, de los que me siento bastante orgulloso.

Toña, hombre muy vinculado a los movimientos sociales de la Iglesia, ha sido uno de los referentes a la hora de hablar de la ética en el mundo empresarial y en las finanzas.

Estoy seguro que Toña conoce, por tanto, el famoso dilema del tranvía, o más bien podríamos decir dilemas, donde se deja en manos de un observador una dura elección: sacrificar a unos para salvar a otros. Aquí podéis ver algunos de los casos propuestos.

Pues bien, bajo mi modesta opinión el caso de Toña se enmarca muy cerca de estos dilemas.

Los "éticos" antes su limitaciones

La huida del Derecho Concursal por parte de muchos acreedores que posibilita la ley parece lamentable. Todos somos iguales pero hay unos más iguales que otros: Hacienda, la Seguridad Social, los trabajadores, los administradores concursales,...a todos les parece bien el concurso, siempre y cuando a ellos les afecte lo menos posible, es decir se sitúen los primeros de la cola para cobrar.

Generalmente esto te lo acaban justificando por motivos sociales, lo que en definitiva se traduce en que el interés de un acreedor ordinario es inferior al de este grupo. En el caso de Hacienda y la Seguridad Social el asunto es primar al colectivo, al cuerpo social.

Me pregunto cómo concilia Toña su defensa de lo social, de lo común, de la ética frente al individualismo, al interés privado, que hemos visto en sus escritos, con el hecho de que prefiera pagar a los trabajadores de la empresa antes que al sistema de protección social del conjunto de trabajadores de un país, tal y como determinaba la norma.

Es posible que, si hablase con él, me dijese que en última instancia estaba intentando salvar a la empresa y de este modo mantener esa actividad y los ingresos que la misma genera para ese sistema. Uno se pregunta entonces:

  • Si es ético que otras empresas que pagan puntualmente sus cotizaciones sociales deban competir en desventaja con la concursada que administraba.
  • Si es ético aspirar a salvar la empresa por la vía del rotulador mágico de las licencias urbanísticas.

Definitivamente lo de la ética no es tan sencillo como algunos lo pintan. Por ello me pregunto si Toña, y por extensión ls que impulsan y apoyan iniciativas como Fiare, reconocerán con humildad que apellidar su actividad financiera como banca ética tiene sus riesgos, tanto como devaluar esa palabra para ponerla al servicio de nuestros objetivos ideológicos.

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